Tu pueblo jubiloso se acerca a ti,
Señor, y con triunfantes voces hoy canta tu loor;
por todas tus bondades que das en plenitud,
tu pueblo humildemente te expresa gratitud.
Aunque el humano nunca te pueda aquí palpar,
tú siempre con los tuyos has prometido estar;
los cielos te revelan, Rey nuestro y Creador,
sentimos tu presencia en nuestro ser, Señor.
¡Oh Cristo!, te adoramos, te damos nuestro amor;
¡oh! llena nuestras vidas de fuerza, fe y valor;
impártanos tu gracia la vida celestial;
que siempre te rindamos adoración leal.