Huye cual ave a tu monte,
alma abrumada del mal;
allí en Jesús,clara fuente,
lava tu lepra mortal.
Huye del mal vergonzoso,
clame tu ser,temeroso,
¡oh!alma abrumada del mal;
¡oh!alma abrumada del mal.
Quiere el Maestro salvarte,
tu llanto enjugará;
promete nunca dejarte,
defensa fiel te sera.
Ven,pues,va el día volandao;
no andes más suspirando
ni te detengas llorando:
tus males Jesús quitará;
tus males Jesús quitará.