Amémonos, hermanos,
con tierno y puro amor;
pues somos la familia
de nuestro Padre, Díos.
Amémonos, hermanos,
lo quiere el Salvador,
que su preciosa sangre
por todos derramo.
Amémonos, hermanos,
en dulce comunión,
y paz y afecto y gracia
dará el Consolador.
Amémonos, hermanos,
y en nuestra santa unión
no existan asperezas
ni discordante voz.
Amémonos, hermanos,
y al mundo pecador
mostremos cómo viven
los que salvados son.
Amémonos, hermanos,
de todo corazón;
lo ordena Dios, el Padre:
su ley es ley de amor.