Perdido fui al buen Jesús.
El aceptóme con amor;
perdón hallé junto a su cruz;
hallé salud en su dolor.
Jesús me dijo: Ven a mí,
Pues yo la vida di por ti.
Anduve en densa oscuridad;
me rebelé, en mal viví;
mas el Señor con gran bondad,
hallóme y me habló así:
Yo soy la luz, tus pies guiaré;
tu senda oscura alumbrará.
Sí quieres vida eternal,
la que en abundancia doy,
yo soy el pan, pan celestial;
ven, come, pues tu vida soy.
Acudo a ti, Señor Jesús,
dame perdón, paz, vida y luz.