De esclavitud, de noche y pesar, vengo, Jesús, vengo, Jesús;
tu libertad, tu luz a gozar,
vengo, Jesús, a ti.
De mi pobreza a tu plenitud,
de mis dolores a tu salud,
de mis pecados a tu virtud,
vengo, Jesús, a ti.
De mi vergüenza y falta de luz,
vengo, Jesús, vengo, Jesús;
a tu justicia, al pie de la cruz,
vengo, Jesús, a ti.
De mi tristeza a consolación,
de la tormenta a tu bendición,
de la miseria a grata canción,
vengo, Jesús, a ti.
De mi soberbio y vano vivir,
vengo, Jesús, vengo, Jesús;
siempre tu santa ley a cumplir,
vengo, Jesús, a ti.
Porque me quitas todo temor,
porque me das tu gozo,
Señor, por tu perdón,
rendido a tu amor,
vengo, Jesús, a ti.
De la espantosa muerte al huir,
vengo, Jesús, vengo, Jesús;
a la alegría y luz del vivir,
vengo, Jesús, a ti.
Tú de la ruina me llevarás
a tu redil, tu abrigo de paz;
siempre a mirar tu gloria y tu faz, vengo, Jesús, a ti.