Yo temprano busco a Cristo,
cada día aprendo de él;
por la senda angosta sigo
sus pisadas, firme y fiel.
Coro:
Cristo me ama; Cristo me ama;
Cristo me ama, esto sé:
él murió para salvarme;
yo, ferviente, le amare.
Dondequiera que él me mande,
yo con gozo presto voy;
sé su voluntad divina
aunque niño tierno soy.
A la puerta Cristo aguarda:
él me quiere libertar;
yo, confiando en su promesa,
hoy ínvítole a entrar.