Tal como soy de pecador,
sin otra fianza que tu amor,
a tu llamado vengo a ti,
Cordero de Dios, heme aquí.
Tal como soy, buscando paz,
en mi desgracia y mal tenaz,
combate rudo siento en mí,
Cordero de Dios, heme aquí.
Tal como soy, con mi maldad,
miseria, pena y ceguedad,
pues hay remedio pleno en ti,
Cordero de Dios, heme aquí.
Tal como soy, me acogerás;
perdón y alivio me darás,
pues tu promesa ya creí,
Cordero de Dios, heme aquí.
Tal como soy, tu compasión
quitado ha toda oposición;
yo pertenezco todo a ti,
Cordero de Dios, heme aquí.