No está en la tierra mi hogar,
ni encuentro en ella atracción.
Tristeza en mí no ha de morar,
pues voy a la celeste Sion,
pues voy a la celeste Sion.
No está en la tierra mi hogar.
Yo busco un sitio más allá:
ciudad gloriosa que es sin par,
ciudad do Cristo estará,
ciudad do Cristo estará.
¡Oh célíca habitación
do el peregrino hallará
reposo y satisfacción!
Allí por siempre vivirá,
allí por siempre vivirá.
Esperaré sin ansiedad,
pues Cristo pronto volverá,
y a la célica ciudad
a los salvados llevará,
a los salvados llevará.