En la tierra adonde iré
muerte y llanto no habrá;
gozo eterno allí tendré,
y no hay noche allá.
Coro:
Dios las penas quitará,
muerte no hay ni más dolor;
tiempo no se contara,
y no hay noche allá.
Puertas bellas se abrirán
en la Santa Ciudad;
calles áureas se verán,
y no hay noche allá.
Para siempre viviré
en mí amado hogar;
agua viva beberé,
y no hay noche allá.
Luz de sol jamás habrá
en el célico hogar.
El Cordero luz será,
y no hay noche allá.