Coro:
¡Ven, oh ven a mí!
¡Ven, oh ven a mí! Triste y cargado, ¡ven, oh ven a mí! ¡Ven, oh ven a mí! ¡Ven, oh ven a mí! Triste y cargado,. ¡ven, oh ven a mí!
¿Por qué vivir tan lejos de nuestro buen Jesús
y andar en las tinieblas
pudiendo andar en luz?
De vida sin provecho, de culpa y aflicción
salgamos a la senda de eterna salvación.
En tiempos de amargura, desánimo y dolor, o cuando nos Persiga cruel el tentador, Jesús con voz benigna atráenos a sí, y disipando el miedo susurra: "Ven a mí".
En todo y para siempre oigamos al Señor, hallando grato alivio en su profundo amor.
Así conoceremos el gozo y la virtud que infunde en el creyente el "Ven" del buen Jesús.