Venid, cantad a nuestro Señor uniendo al Angélico Coro la voz. A Cristo, el Rey, rindamos honor:
¡Digno eres tú, Cordero de Dios!
En el Calvario el buen Jesús sufrió por nosotros muerte atroz. Nos gloriaremos en esa cruz; ¡Digno eres tú, Cordero de Dios!
Victoria se pudo al fin proclamar, y huestes de él ascienden en pos. Se escucha en todo el cielo el cantar:
¡Digno eres tú, Cordero de Dios!
Por toda la eternidad
y en esta existencia hoy tan velo
zanunciaremos su majestad:
¡ Digno eres tú, Cordero de Dios!