¿Le importará a Jesús
que esté doliente mi corazón?
Si ando en senda oscura de aflicción
¿puede darme consolación?
Coro:
Le importa, sí;
su corazón comparte ya mi dolor.
Sí, mis días tristes, mis noches negras
le importan al Señor.
¿Le importará que en oscuridad
camine con gran temor?
Al anochecer, en la lobreguez,
¿me acompañará el Salvador?
¿Le importará si mi voluntad
faltare en la prueba atroz;
si he cedido al mal, a la tentación,
y el llanto ahoga mi voz?
¿Le importará cuando diga “adiós”
al amigo más caro y fiel,
y mi corazón lleno de aflicción
haya de apurar la hiel?