¡Siempre el Salvador conmigo!
Nada soy sin su poder.
Su presencia necesito;
voy, sin él, a perecer.
Coro:
Me guiará mi Salvador;
hoy en él confiaré.
Con amor donde él me lleve
sus pisadas seguiré.
¡Siempre el Salvador conmigo! Puédeme la fe faltar.
Sus palabras me consuelan;
cual él nadie puede hablar.
¡Siempre el Salvador conmigo! Ilumíneme su fa
zen la calma, en la tormenta,
en la lucha y en la paz.
¡Siempre el Salvador conmigo!
Sus consejos me guiarán
hasta que esté en la orilla
anhelada del Jordán.