¡Oh! cuánto necesita obreros el Señor,
que vayan presurosos al campo de
labor.
Alegre yo le digo, con todo mi valor:
Conmigo cuenta tú, Señor.
Coro:
Voy, Señor; voy, Señor,
a trabajar alegre y con fervor.
Si, voy, Señor, voy, Señor;
conmigo cuenta tú, Señor.
Ahora, en la batalla, ven, cíñeme, Señor;
tu célica armadura dé aliento, fe y valor.
Para vencer las huestes del fiero tentador,
conmigo cuenta tú, Señor.
La carga que soporta la pobre humanidad,
con todos mis esfuerzos yo debo
aliviar;
para salvar las almas, doquier me
toque estar,
conmigo cuenta tú, Señor.