Otros seis días de labor
se van, y viene el reposar.
En este día que Dios dio
vuelve, alma mía, a descansar.
Bendice a Cristo, cuyo amor
reposo dulce da al mortal;
mayor que en días de labor
es hoy su gracia celestial.
Asciendan nuestras preces cual incienso grato a Cristo allá,
pues el reposo que él nos da,
de paz nuestra alma llenará.
Y la dulzura de esta pa
zes prenda de la paz mejor
que gozará el cristiano allá,
estando junto a su Señor.