Oí la voz del buen Jesús:
Sígueme, sígueme, sígueme. Te guiaré a eterna luz. Sígueme, sígueme, sígueme. Por ti la ley toda cumplí. por ti la amarga hiel bebí, por ti la muerte cruel sufrí.
Sígueme, sígueme, sígueme.
Oh, deja atras el vil pecado. Sígueme. sígueme, sígueme. Hogar celeste he preparado. Sígueme, sígueme, sígueme.
Oh, cuántas veces te llamé, y quebraste tu mi santa ley, mas fiador por ti quedé. Sígueme, sígueme, sígueme.
En mi tú puedes descansar.
Sígueme. sígueme, sígueme.
Oh, ven tus penas a entregar.
Sígueme. sígueme, sígueme.
Yo soy tu Dios, tu Salvador;
yo te amo mucho, oh pecador.
Oh, deja todo tu temor.
Sígueme, sígueme, sígueme.
Sí, mi Jesús, te seguiré.
Seguiré. seguiré, seguiré.
Por ti yo todo dejaré.
Dejaré, dejaré, dejaré.
Muy débil soy y sin valor;
sin ti no puedo andar, Señor.
Mas lléname de tu vigor.
Seguiré, seguiré, seguiré.