En todo recio vendaval,
«a todo amenazante mal, inexpugnable asilo es él, propiciatorio para el fiel.
Jesús su bálsamo de paz en el que busque allí su faz derrama, y glorifícale:
propiciatorio para el fiel.
Para el humilde corazón que eleva al cielo su oración, son las bondades del Señor propiciatorio de su amor.
Los fieles todos uno son y están en dulce comunión; es el santuario el que la da:
propiciatorio de Jehová.