Por la mañana, ¡oh Señor!,
elevo a ti mi voz;
a tu buen nombre doy loor
con gratitud, mi Dios.
El sol brillante ya salió,
camino en su luz;
del Salvador es símbolo,
del magno Rey, Jesús.
Los cielos cuentan al que cree
la gloria del Señor;
la llama avivan de la fe
y alientan el amor.
En la mañana eterna, pues,
contigo cuando esté,
yo del Cordero y de Moisés
el himno entonaré.