No habrá más llanto allá,
ni angustia, ni dolor.
Gozoso viviré en
el reino del amor.
Ya no, no habrá más llanto allá.
No habrá enfermedad,
penas ni luto allá.
Salud eterna y rica
allí florecerá.
Ya no, no habrá más llanto allá.
No habrá más muerte allá,
ni hora de partir. La muerte morirá; por siempre he de vivir.
Ya no, no habrá más llanto allá.
Volviendo a recibir
los míos que perdí,
con ellos al estar,
me arrobaré allí.
Ya no, no habrá más llanto allá.