Bellas las manitas son
que obedecen a Jesús;
bellos ojos los que están
llenos de celica luz.
Coro:
Bellas, sí, bellas las manos son,
que obedecen a Jesús;
bellos, los ojos que siempre están llenos de célíca luz.
porque a él podrán servir;
hizo al tierno corazón
en su servicio a latir.
Toda boca debe orar
cada día al Salvador,
y los píes habrán de andar
siempre siguiendo al Señor.
Cuanto puedas tú hacer,
Cristo te lo exigirá;
haz, pues, de ello tu placer
con el poder que él teda.