Oh, día del Señor,
gratísimo solaz;
aliento bienhechor
al fatigado das.
Dejando penas y aflicción
anhelo hoy tu bendición,
anhelo hoy tu bendición.
Oh, Príncipe de paz,
tú, fuente de bondad,
al pecador le das
perdón y libertad.
El día de hoy es la señal
de Dios, el Padre celestial,
de Dios, el Padre celestial.
Ya viene el día final
en forma muy veloz,
y al Coro angelical
pronto uniré mí voz.
El sábado prenuncio es
de gozo y paz que habrá después,
de gozo y paz que habrá después.