Padre, oh Padre, ven a guiarnos
por el tempestuoso mar;
Padre, oh Padre, ven ahora
a guardarnos del pecar.
Eres tú confiaza nuestra;
ven a guiarnos a tu hogar.
Salvador, tú nos conoces.
¡Ven y ayúdanos, Señor!
Tú sufriste tentaciones
y saliste vencedor;
frente al Padre intercedes
por el hombre pecador.
Santo Espíritu divino,
Paracleto sin igual,
tú revelas el camino,
alumbrando cual fanal.
Trino Dios, ven a llevarnos
a la Patria celestial.